Imaginaos un robot que siempre os gana a ese tradicional juego infantil de “piedra, papel y tijera”, que generalmente se usa para seleccionar quién hará alguna tarea desagradable o poco apetecible. ¿Cuál es su secreto?
Desarrollado por el Ishikawa Oku Laboratory, este brazo robótico está equipado con una cámara de alta velocidad que apunta a la mano de su contrincante humano, interpretando los movimientos que realiza en cada tanda. En cuanto reconoce cuál es la forma que está adoptando, transmite la información al robot y éste, rápidamente, actúa en consecuencia, vencienco siempre a su rival… y simulando que juega al mismo tiempo que nosotros.
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